Nueva Delhi (EFE).- El español Ignacio Deán, que
lleva recorridos a pie en los últimos nueve meses trece países, retomó
hoy tras unos días en Nepal su viaje por la India, la nación "más dura" y
más diferente a España de todas las que ha recorrido.
"Según
avanzas hacia el este (empezó en Madrid) hay más pobreza, más tráfico,
culturas más diferentes, más basura. Pero el nivel de cambio alcanzado
en la India nunca lo había visto antes. Lo bueno es que te adaptas a
medida que vas avanzando", aseguró Deán a Efe.
El malagueño, de
32 años, empezó su periplo a pié el pasado 21 de marzo con su proyecto
"Earth Wide Walk: Vuelta al mundo caminando por el planeta Tierra" y
espera terminar el viaje dentro de algo más de cuatro años, cuando haya
recorrido unos 5.000 kilómetros.
Por el momento se encuentra
haciendo noche en Shilliguri, en el estado oriental indio de Bengala, y,
en un par de días, espera alcanzar Bangladesh.
Deán llegó a la
India el pasado 28 de octubre procedente de Irán, en un vuelo
Teherán-Nueva Delhi que le permitió evitar Pakistán y Afganistán pues,
como él mismo se justificó, "ya es demasiado peligroso de por sí el
viaje como para estar forzando".
En la capital india permaneció
tres días, tiempo que le sirvió para hacer un poco de turismo y conocer
lugares emblemáticos de la ciudad, como el monumento de la "Puerta de la
India", así como sus característicos templos y mercados, para luego
retomar el viaje.
"El primer tramo en la India se me hizo muy
duro, sobre todo las dos primeras semanas: la contaminación, mucha
pobreza y el ensordecedor y constante sonido de los claxon. Diez horas
seguidas en la carretera y acabas con la cabeza como un bombo",
rememoró.
El contacto directo con el tráfico en las atestadas
carreteras indias se traducía cada noche, cuando se tomaba un baño, "en
agua completamente negra", pero aún así dice que también guarda
recuerdos positivos de la India: "Su gente pacífica, la flora
exuberante".
De camino a Nepal atravesó el estado norteño de
Uttar Pradesh, donde por azar conoció al jefe de Policía de la región,
que le fue dando alojamiento en las comisarías que se iba encontrando.
La
llegada a Katmandú el 22 de noviembre, tras 800 kilómetros de recorrido
desde Nueva Delhi, supuso "un descanso", que interrumpió una semana
después para continuar atravesando Nepal durante 500 kilómetros más, y
"donde el sur es todo jungla, humedad y calor".
"En Nepal me tomé
el primer vino a gusto tras haber pasado por varios países islámicos.
Lo tomé junto a un río, donde había abundante niebla, en el parque
natural de Chitwan", recordó Deán.En ese lugar privilegiado, continuó el
malagueño, "salió de repente un rinoceronte. La gente se asustó y huyó.
Pero yo me quedé quieto, sin saber reaccionar. Y el rinoceronte, como
apareció, volvió a desaparecer en la jungla".
Ahora pasará las
Navidades en el islámico Bangladesh, un país inestable, con continuas
manifestaciones y choques entre islamistas radicales y partidarios
gubernamentales y donde están programadas elecciones generales el
próximo 5 de enero.Y es que, como dice Deán: "Cada día es una aventura".